La fuerza y pasión del equipo de fútbol de Sierra Leona cautivó al fotógrafo Pep Bonet en su primer viaje en el 2002. Durante semanas, estuvo acompañando al equipo regularmente en el campo de amputados. A partir de entonces y junto con el equipo de fútbol, inician una larga e íntima relación, en la que unos quieren ser vistos y otros quieren mostrar. Un camino que les ha llevado a compartir alegrías y decepciones, victorias y derrotas. Pero sobre todo, pasión.