Sobre Javier Castro
No es fácil para mí hablar de las fotografías que ha realizado un amigo, y más si ese amigo es Javier Castro que fue el culpable de que yo hiciera una película que se llamaba «Pajarico» y que además viajó conmigo a la India porque esa película inauguró el Festival de cine de New Delhi y nos permitió conocer mejor ese país. Allí, en compañía de Concha Díaz, me enteré de que Javier Castro hablaba inglés perfectamente, que había recorrido una parte del mundo haciendo fotografías y que se movía con soltura en los escenarios más complejos. Es un buen fotógrafo, quiere decir que tiene el ojo entrenado, ojo de fotógrafo y que sabe lo que hace, sus fotografías son honestas y sinceras, lo que no es poco en estos tiempo banalidades e imposturas.
Sus fotografías –las que yo conozco– muestra su amor por los lugares y por las personas que habitan este planeta, hay en ellas un respeto, de no molestar, de permanecer en un difícil equilibrio para no caer en el tentación de solo buscar solo lo insólito, el sufrimiento humano, las guerras, los hospitales, lo monstruoso.
En las fotografías de Javier Castro los seres humanos son seres humanos. cotidianos, los hemos visto alguna vez, no se hallan en ninguna situación límite y además, cosa que agradezco no hay en sus fotografías alardes esteticistas, pecado en el que caemos todos, aunque por supuesto todos las fotografías están bien hechas, bien encuadradas, bien positivadas.
Cuando un fotógrafo corretea por la tierra con su cámara retratando aquello que le atrae por la razón que sea, no deja se ser un testigo único e inapelable de una realidad concreta. Cada fotografía es una imagen para la propia satisfacción y una forma de dejar un testimonio de su paso por la vida. No hay que olvidar que la fotografía tiene una prerrogativa que no posee ninguna de las «artes»: la de conservar fielmente el pasado. Así, algo que ocurrió en un momento determinado de nuestra vida, se nos presenta ahora con toda su vigencia: estábamos allí, en aquel lugar, a una hora concreta del día. En el momento en que accionamos el obturador, un gesto fácil, la imagen que obtenemos pertenece ya al pasado, es algo que ya nunca más se repetirá.
Se dice que la fotografía es como un espejo detenido en el tiempo: una doble cara, una doble identidad, estábamos allí y ahora estamos aquí observando dónde estuvimos, cómo se llamaba esa persona, quién eran mis amigos, mis familiares, qué paisajes han desfilado por mi vida.
Agradezco que Javier Castro nos muestre con la sinceridad de sus fotografías, que todavía hay fotógrafos que nos hablan de nosotros mismos.
Carlos Saura
Nota biográfica
Madrid, nacido a finales de los 50. Crecí en la sierra de Córdoba. Me perdí el verano del amor, el mayo del 68 y esas cosas que salían en la tele en blanco y negro y que me gustaban tanto. Llegué a Londres casi a tiempo de vivir la revolución punk (75/76). Definitivamente viví en Madrid durante la movida, y cuando quise darme cuenta me había convertido en un hombre de mediana edad o algo peor.
Fotografío desde que a los 8 años mi padre me regaló una cámara de plástico made in Hong Kong, la única de las que he tenido que no conservo. Hoy sería un objeto de culto tipo Diana. Me lo tomé mas en serio al llegar a la universidad. Fui reportero freelance de la pionera revista Sábado Gráfico, publiqué mis fotos en algunos medios mas (El Pais, ABC, Rock deluxe, Videoactualidad…) y las colgué en un par de exposiciones.
Desde los 80 trabajo en la industria audiovisual distribuyendo películas de arte y ensayo primero, luego produciendo largos, documentales y lo que surja.
Licenciado en Ciencias de la Imagen por la Universidad Complutense de Madrid, Mester EAVE en producción audiovisual. He sido miembro del Comité asesor técnico del Ministerio de Cultura. Ayudé a crear el Master en Gestión de la Industria Cinematográfica de la Universidad Carlos III de Madrid. Produzco, a veces dirijo y siempre que puedo, fotografío.
Algunos de sus trabajos
2015- Dos crímenes por semana Director. Documental sobre el semanario El Caso, para TVE.
2013- A tiro de piedra de la cárcel Dir.: Raquel Castella
2008- 14 Fabian Road dir. Jaime de Armiñan con Julieta Cardinali, Ana Torrent, Angela Molina, Cuca Escribano,Fele Martinez.
2004- El Atraco dir.: Paolo Agazzi guión de Paolo Agazzi y Fernando León, con Lucia Jiménez, Diego Bertie y Salvador del Solar (coproducción Bolivia España)
2001- Capitanes de Abril dir. Maria de Medeiros, con Maria de Medeiros, Joaquín de Almeida, Fele Martínez, Manuel Manquiña (coproducción hispano-franco –italiana)
2000- Carretera y Manta dir. Alfonso Arandia, con Carmen Maura y Eduardo Noriega, Natalia Verbeke
Jet Set dir.: Fabien Onteniente, con Ornella Muti, Samuel Le Bihan, Ariadna Gil (co-produccion hispano-francesa)
1999- Huelepega, dir. Elia K. Schneider (coproduccion hispanovenezolana)
1997- Pajarico dir.: Carlos Saura, con Paco Rabal, Manuel Bandera, Juan Luis Galiardo, Dafne Fernandez
- Taxi: Carlos Saura, con Ingrid Rubio, Carlos Fuentes, Angel de Andres López, Eusebio Lázaro
2001- Los Diminutos del Calvario Colección de 10 cortos de un minuto rodados en plano secuencia, dirigidos, entre otros por Rodrigo Cortés (Buried), Juan Antonio Bayona (EL Orfanato) etc.
Expendedora cortometraje dir.: Santiago Tabernero, con Alejo Sauras y Paz Gómez
- Bocamina: Javier Codesal Documental de creación.
1996- El tren de las ocho cortometraje, dir.: Esteban Requejo. Nominado a los Goya.
1992- Cita con el flamenco (6 x 55’, con Carmen Linares, Gerardo Núñez, Adrián, Manolete, Joaquín Cortés, etc.)
1992- Codirector y coguionista de “El tiempo de Nevill